DISFRUTAR DEL REINO AQUÍ Y POR LA ETERNIDAD
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR:
“El Señor reina, revestido de esplendor;
el Señor se ha revestido de grandeza y ha desplegado su poder.
Ha establecido el mundo con firmeza; jamás será removido”.
SALMO 93:1
COMENTARIO HISTÓRICO DE SALMOS 93
El Salmo 93 es un “salmo real o teocrático”, porque presentan a Dios como el poderoso y eterno rey. Los mismos israelitas vieron que ninguno de sus reyes cumplió plenamente la justicia y la paz proclamada en estos salmos, es por esta razón que aceptamos que, bajo la inspiración de Dios, se proyecta hacia el Mesías que habría de venir.
El salmista describe LA MAJESTUOSIDAD DEL REY DEL UNIVERSO. Después de la entrada del pecado, muy pocas personas tuvieron el privilegio de contemplar la gloria de Dios. Abrahán, Jacob, Gedeón, Manoa y su esposa, vieron a Dios, pero la gloria divina fue velada a la vista humana. Moisés vio sólo las espadas de Dios, Isaías vio la majestad de la gloria Dios. El profeta Ezequiel contempló a Dios y su gloria que llenaba el templo.
A pesar de que, en la actualidad, se nos está vedado ver a Dios en su plenitud, cuando lleguemos a ser SÚBDITOS DEL REINO, podremos ver a Dios cara a cara. Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio. El reino de Dios no es un régimen político, ni una estructura institucional como cualquier otra. Recordemos que el reino de Dios ya está entre nosotros, aunque un día se manifestará en toda su plenitud, y se extenderá a lo largo de los siglos. Cristo nos invita a ser súbditos de este reino eterno. Por esa razón, mientras vivimos en esta tierra, debemos transformar al mundo con una nueva cultura de vida. Cultivemos estos nuevos valores: amor, justicia, honestidad, igualdad, respeto, perdón, paciencia y humildad.
CITA SELECTA
“A Isaías se le presentó una visión de Jehová sentado en un trono elevado, mientras que el séquito de su gloria llenaba el templo. A ambos lados del trono, con el rostro velado en adoración, se cernían los serafines que servían en la presencia de su Hacedor y unían sus voces en la solemne invocación: “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos: toda la tierra está llena de su gloria”, hasta que el sonido parecía estremecer las columnas y la puerta y llenar la casa con su tributo de alabanza”.
PROFETAS Y REYES, P. 228
ORACIÓN:
PADRE, RECONOCEMOS QUE ERES UN DIOS TODOPODEROSO Y QUE TU GRANDEZA ES INDESCRIPTIBLE, POR ESO TE ADORAMOS. TE PEDIMOS TENER EL PRIVILEGIO DE CONOCERTE CON TODA TU GLORIA Y QUEREMOS SER TUS SÚBDITOS PARA DISFRUTAR DE TU REINO. POR JESÚS, AMÉN.