LECCIÓN: DIOS ESTÁ AL CONTROL DE LA NATURALEZA
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR:
“Cuando salió Israel de Egipto,
La casa de Jacob del pueblo extranjero,
Judá vino a ser su santuario,
E Israel su señorío.
El mar lo vio, y huyó;
el Jordán se volvió atrás”
SALMO 114:1-3
COMENTARIO HISTÓRICO DE SALMOS 114
Salmo 114 es un himno histórico celebrando al Dios de Israel porque hizo retroceder los mares y temblar los montes para establecer su reino en Israel. Este poema se cantaba el día de la Pascua y probablemente fue el himno que cantó Jesús con sus apóstoles después de celebrar la última cena. El salmo consta de cuatro secciones: El poeta dramatiza las hazañas históricas del Señor: los poderosos mares huyen, los montes altos y sólidos saltan de miedo; el salmista permite que su auditorio se deleite del momento al fingir no saber de quién proceden las fuerzas gigantes de la naturaleza, se presenta al “Héroe”, el Dios soberano.
El salmista resalta dos obras de Dios:
1) CRUCE DEL MAR ROJO. La experiencia del cruce del mar rojo sobre tierra firme tenía un triple propósito:
1) Aumentar la fe del pueblo de Israel para que confíen que ese Dios que los había sacado de la servidumbre de Egipto, los seguiría conduciendo hasta llegar a la tierra prometida;
2) Castigar a los egipcios por su obstinación en no dejar salir a Israel;
3) Que los pueblos cananeos queden atemorizados por el poder sobrenatural del Dios, tal como lo expresó Rahab: “Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a los cuales habéis destruido. Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra” (Jos 2:10,11);
2) CRUCE DEL RÍO JORDÁN. Antes de entrar a la tierra prometida, Dios volvió a mostrar su poder al detener las aguas del Jordán.
CITA SELECTA:
“Sobre el cruce del rio Jordán: “Este milagro ejerció gran influencia, tanto sobre los hebreos como sobre sus enemigos. Por él Dios daba a Israel una garantía de su continua presencia y protección, una evidencia de que obraría en su favor por medio de Josué como lo había hecho por medio de Moisés. Esta seguridad era necesaria para fortalecer su corazón en el momento de emprender la conquista de la tierra, tarea estupenda que había hecho tambalear la fe de sus padres cuarenta años atrás”.
LA HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS, P.46
OREMOS:
PADRE, GRACIAS POR LA DEMOSTRACIÓN DE TU PODER AL CONTROLAR EL AGUA DE LOS MARES Y DE LOS RÍOS. TE PEDIMOS QUE TU PODER SE MANIFIESTE PARA CONTROLAR LOS MALES QUE AZOTAN AL MUNDO. POR JESÚS, AMÉN.