DESAFÍO: VIVIR EN ARMONÍA CON NUESTROS HERMANOS CARNALES Y HERMANOS DE IGLESIA
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR:
“¡Cuán bueno y agradable es
que los hermanos convivan en armonía!”
SALMO 133:1
COMENTARIO HISTÓRICO DE SALMOS 133
David cantó este salmo cuando estuvo escondido en la cueva de Adulam. El poema puede aplicarse a la familia, o a los hermanos que constituyen el pueblo de Dios:
HERMANOS DE CARNE. Se disfruta cuando se contemplan fotos de un gran familia, donde están los bisabuelos, abuelos, hijos, nietos y bisnietos. Sin embargo, es lamentable, cuando muchas familias están distanciadas por problemas o diferencias que no quisieron enmendar a su debido tiempo. Los padres sufren cuando no pueden reunirse con todos los hijos, o se les prohíbe hablar o ver a los nietos. Muchas veces se contempla escenas donde uno de los cónyuges desaprueba que su pareja visite a sus padres o familiares. Algunos tienen problemas porque se alejaron de Dios y desprecian a sus hermanos fieles; otros tienen problemas por celos; otros tienen problemas por la herencia.
Les comparto algunas ideas para vivir en armonía con sus hermanos y hermanas:
1) Celebren juntos los cumpleaños, aniversarios y eventos especiales;
2) Si viven en diferentes ciudades o países, hagan uso de redes sociales para que, en un horario acordado, se puedan comunicar una vez por semana, o una vez al mes;
3) Brinden compañía, ayuda financiera y apoyo espiritual cuando algunos de sus hermanos o hermanas estén pasando por crisis, pruebas, enfermedades o muerte.
HERMANOS ESPIRITUALES. La hermandad de la iglesia, es nuestra familia mayor. Cultivemos lazos de compañerismo y amistad, para apoyarnos en la vida espiritual, social, moral e intelectual.
CITA SELECTA
“No uséis nunca vuestra lengua y vuestra voz para descubrir y aumentar los defectos de vuestros hermanos, porque el registro del cielo identifica los intereses de Cristo con aquellos que compró con su propia sangre. «En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis», «dice él (Mat. 25: 40). Debemos aprender a ser leales el uno con el otro, a ser tan fieles como el acero en la defensa de nuestros hermanos. Mirad vuestros propios defectos. Descubrid más bien una falta vuestra que diez de vuestro hermano”.
EN LOS LUGARES CELESTIALES, P.180
OREMOS:
PADRE, TE AGRADECEMOS POR TENER HERMANOS DE SANGRE Y HERMANOS ESPIRITUALES. TE PEDIMOS QUE NOS CONVIERTAS EN INSTRUMENTOS DE RECONCILIACIÓN Y DE ARMONÍA PARA VIVIR FELICES CON NUESTRAS FAMILIAS Y CON LOS HERMANOS DE IGLESIA. POR JESÚS, AMÉN.