SALMO 145 – 28 SETIEMBRE 2023

CATEMOS: TE EXALTARÉ, MI DIOS, MI REY, Y BENDECIRÉ TU HOMBRE, CADA DÍA TE BENDECIRÉ


 VERSÍCULO PARA MEMORIZAR:

“Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,

y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.

Cada día te bendeciré,

y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.

Grande es Jehová,

y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable”

SALMO 145:1-3


COMENTARIO HISTÓRICO DE SALMOS 145

El salmo 145 es un salmo de alabanza a Dios por tener un gobierno poderoso, justo, y benévolo. El cántico expresa adoración al supremo Dios:

1) TE EXALTARÉ MI DIOS MI REY. Exaltar es “subir” o “levantar”. Nuestra alabanza individual exalta a Dios, pero nuestro testimonio en la vida diaria, demuestra ante las personas que nos rodean que Él es nuestro Dios y el rey que gobierna nuestras vidas;

2) ALABARÉ TU NOMBRE POR SIEMPRE. Cuando reflexionamos la forma que Dios nos ha conducido a través de los años, cuando recordamos las veces que Dios nos cuidó de accidentes, elecciones equivocadas o enfermedades, concluimos que Dios merece nuestra alabanza eterna de gratitud;

3) GRANDE ES JEHOVÁ Y DIGNO DE SUPREMA ALABANZA. ¿Podemos recordar algunos episodios donde palpamos la grandeza de Dios y su gran poder para socorrernos? Expresemos nuestra gratitud cantando alabanzas a su nombre;

4) SU GRANDEZA ES INCOGNOSCIBLE. Como seres humanos pecadores y finito, tenemos limitaciones para conocer en forma plena a Dios. Sin embargo, podemos extasiarnos en profundizar nuestros conocimientos para conocer su amor, misericordia y perdón.

En síntesis: ALABEMOS A DIOS CON NUESTRAS VOCES.

CITA SELECTA

“La voz es un órgano maravilloso. Es una maravillosa bendición. Usémosla plenamente en favor de Cristo, y no alabemos al diablo con quejas por lo dificultoso del camino al cielo. Demos al mundo un ejemplo viviente de la belleza que hay en la religión y en Jesucristo por medio de las ofrendas que presentamos ante Dios, y hablando de su bondad y de su poder. Si usted siente la disposición a murmurar, déjela morir antes de darle expresión. Discipline su voz y lengua, y entonces, cuando abra los ojos por la mañana, sea su primer pensamiento: “Agradezco al Señor; Él me ha cuidado durante la noche. Te agradezco, Jesucristo, por la paz que hay en mi corazón”.

REFLEJEMOS A JESÚS, P.277

OREMOS:

DIOS NUESTRO, TE AGRADECEMOS PORQUE SOMOS OBJETOS DE TU MISERICORDIA INMERECIDA, TE PEDIMOS TUS BENDICIONES EN NUESTRO ENTRAR Y SALIR, CÓLMANOS DE PROSPERIDAD EN TODO LO QUE HACEMOS. POR JESÚS, AMÉN. 

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