CATEMOS: TE EXALTARÉ, MI DIOS, MI REY, Y BENDECIRÉ TU HOMBRE, CADA DÍA TE BENDECIRÉ
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR:
“Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,
y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.
Cada día te bendeciré,
y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.
Grande es Jehová,
y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable”
SALMO 145:1-3
COMENTARIO HISTÓRICO DE SALMOS 145
El salmo 145 es un salmo de alabanza a Dios por tener un gobierno poderoso, justo, y benévolo. El cántico expresa adoración al supremo Dios:
1) TE EXALTARÉ MI DIOS MI REY. Exaltar es “subir” o “levantar”. Nuestra alabanza individual exalta a Dios, pero nuestro testimonio en la vida diaria, demuestra ante las personas que nos rodean que Él es nuestro Dios y el rey que gobierna nuestras vidas;
2) ALABARÉ TU NOMBRE POR SIEMPRE. Cuando reflexionamos la forma que Dios nos ha conducido a través de los años, cuando recordamos las veces que Dios nos cuidó de accidentes, elecciones equivocadas o enfermedades, concluimos que Dios merece nuestra alabanza eterna de gratitud;
3) GRANDE ES JEHOVÁ Y DIGNO DE SUPREMA ALABANZA. ¿Podemos recordar algunos episodios donde palpamos la grandeza de Dios y su gran poder para socorrernos? Expresemos nuestra gratitud cantando alabanzas a su nombre;
4) SU GRANDEZA ES INCOGNOSCIBLE. Como seres humanos pecadores y finito, tenemos limitaciones para conocer en forma plena a Dios. Sin embargo, podemos extasiarnos en profundizar nuestros conocimientos para conocer su amor, misericordia y perdón.
En síntesis: ALABEMOS A DIOS CON NUESTRAS VOCES.
CITA SELECTA
“La voz es un órgano maravilloso. Es una maravillosa bendición. Usémosla plenamente en favor de Cristo, y no alabemos al diablo con quejas por lo dificultoso del camino al cielo. Demos al mundo un ejemplo viviente de la belleza que hay en la religión y en Jesucristo por medio de las ofrendas que presentamos ante Dios, y hablando de su bondad y de su poder. Si usted siente la disposición a murmurar, déjela morir antes de darle expresión. Discipline su voz y lengua, y entonces, cuando abra los ojos por la mañana, sea su primer pensamiento: “Agradezco al Señor; Él me ha cuidado durante la noche. Te agradezco, Jesucristo, por la paz que hay en mi corazón”.
REFLEJEMOS A JESÚS, P.277
OREMOS:
DIOS NUESTRO, TE AGRADECEMOS PORQUE SOMOS OBJETOS DE TU MISERICORDIA INMERECIDA, TE PEDIMOS TUS BENDICIONES EN NUESTRO ENTRAR Y SALIR, CÓLMANOS DE PROSPERIDAD EN TODO LO QUE HACEMOS. POR JESÚS, AMÉN.