LEAMOS HOY 3 DE FEBRERO EZEQUIEL 43
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
“Esta visión era semejante a la que tuve cuando el Señor vino a destruir la ciudad de Jerusalén, y a la que tuve junto al río Quebar. Me incliné rostro en tierra, y la gloria del Señor entró al templo por la puerta que daba al oriente.”
EZEQUIEL 43:3,4
COMENTARIO HISTÓRICO DE EZEQUIEL 43
El corolario apoteósico de la visión del nuevo templo llega a su clima con el retorno de la gloria de Dios al templo. Ezequiel fue impresionado con la visión de majestuosidad de la gloria de Dios; sin embargo, experimentó angustia al ver que, por causa de la pecaminosidad del pueblo de Dios, la gloria de Dios abandonó el templo y la ciudad de Jerusalén en dirección al este. En este capítulo, se describe el retorno de la gloria de Dios al nuevo templo.
TENGAMOS LA CERTEZA QUE LA PRESENCIA DE DIOS ESTÁ A NUESTRO LADO.- Moisés tuvo el privilegio de hablar con Dios y ver su gloria en el monte de Sinaí durante 40 días. Al descender del monte, su rostro resplandecía, y los israelitas quedaron asustados, a tal punto, que Moisés tenía que ponerse un velo cuando hablaba con ellos. Cuando Aarón construyó el becerrero de oro, Dios les dijo que su presencia no iría con ellos. Moisés le respondió: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.” (Éxodo 33:15). Supliquemos que la presencia y gloria de Dios, siempre esté a nuestro lado y nos acompañe por doquiera que vamos.
CITA SELECTA
“El templo de Dios está abierto en el cielo, y su umbral está inundado por la gloria destinada para cada iglesia que ama a Dios y guarda sus mandamientos. Necesitamos estudiar, meditar y orar. Entonces tendremos visión espiritual para discernir las cortes interiores del templo celestial. Captaremos los temas de los cantos y las acciones de gracias del coro celestial que rodea el trono. Cuando Sion se levante y brille, su luz será más penetrante, y preciosos cantos de alabanza y agradecimiento se escucharán en las reuniones de los santos. Dejarán de escucharse las murmuraciones, las quejas y los lamentos por pequeños chascos y dificultades. Al aplicarnos el colirio celestial contemplaremos la gloria que se extiende más allá.”
(Carta 138, 1897).
ORACIÓN
PADRE DE AMOR Y DE PERDÓN. TE AGRADECEMOS PORQUE NUNCA ABANDONAS EN FORMA INDEFINIDA A TUS HIJOS. TE SUPLICAMOS QUE TU PRESENCIA NOS DIRIJA POR LA SENDA APROPIADA. Y TE PEDIMOS CON HUMILDAD, QUE QUEREMOS VER TU GLORIA EN LOS CIELOS. POR JESÚS, AMÉN.